jueves, 18 de junio de 2009

Travesuras y locuras son pretexto de canciones y aventuras.


Cuando llegué aquí pensaba un poco en varias cosas al mismo tiempo. Llegué despeinado, pero bañado, y hasta de traje y corbata. Llegué después de tener uno de esos sueños coloridos, donde lo que importa es sentirse acompañado y tranquilo; entré preguntando por Ella. Me presenté con los que parecían saber quién me daría la bienvenida. Luego hablé de lo que me sentí experto, no lo hice tan mal, pero después me quedé sin otra cosa que decir y sin pensarlo mucho empecé a platicar con quien estuviera disponible. Algunas platicas fueron buenas, otras no malas; pero con el calor, la risa y la cerveza casi olvidé lo que estaba buscando. Salí a buscar un espejo y cuando me vi reflejado sentí que algo había cambiado. En mi maleta encontré una fotografía con la imagen de una manzana marcada por unos labios de brillantina; y una carta, sin firma, escrita con tinta de betabel. ¿Quién las puso ahí? ¿Cuándo? Pienso en sus manos, juguetonas; en sus ojos, preguntones; y en cómo su voz, cintura y cadera de guitarra me hicieron sentir cosquillas en el ¿alma?. Un café me espera en la cocina mañana, un libro, un cuaderno, un boleto del metro, la lluvia.

3 comentarios:

parque lezama dijo...

a veces paso por aquí sólo para no caerme, como los borrachos que de tumbo en tumbo se abrazan un ratito al poste de luz.

las 8 y todo sereno dijo...

este poste de luz no prende a menos que se le metan luciérnagas a la bombilla, o alguien, por accidente, le ponga dentro una luz de bengala.

Anónimo dijo...

y que le digo: "esos chinos se ven falsos."
y que se enoja...