martes, 20 de febrero de 2007

De piñatas, pirados y pirañas.



(Escribiendo de piratas comandados por la corona inglesa en la mar del conquistador Cortés, que por cambio de títulos nobiliarios han fondeado sus naves en San Lucas y esperan a la gran NAO; esta invencible flota habiendo salido de Acapulco comandada por marinos mestizos y capitaneada por españoles que nunca pasarían de simples navegantes para su real majestad católica, el sopenco Felipe IV, austriako y su linda reinita de nacionalidad francesa que gobernaban entonces España y los territorios de ultramar, pero no como quien disfruta lo que su dote vale sino como aquel que desesperado de su propia suerte siempre va por más de lo que a nada ni a nadie puede servir, y de Flandes no se sabía porque el dinero tan rápido escaseaba y a todos rendía menos a su noble autoridad, ni tampoco a la Nueva España que por entonces salía de apuros colonizando las islas que por ello llamaron Filipinas. Y veianse en ese recorrido por el oro de América y las especias de indias en lo que por la costa iban subiendo hasta el mentado Cabo que era donde partían hacia la China, y ahí precisamente estaban escondidos los buques fragatas y barcos ingleses, debidamente construidos para el asalto y la huída veloces, gran truco de maniobra náutica que la artillería española contendría con mucha dificultad. Sucedió entonces el encuentro: arcabuces, cañones, espadas, pistolas, filetes, dagas y con los mismos puños se defendía y se luchaba por el oro que había costado la vida a tantos indios en las minas de Zacatecas y Postosí.......)

Recuerdos a una edicion de Viajeros isabelinos en la Nueva España, publicada por el F.C.E. y en el remitz uno que otro cuento de P. Reverte.

No hay comentarios.: